A lo largo de la vida de una pareja, la importancia que se les atribuye a las relaciones sexuales va desde muy importante hasta poco o nada importante en relación a las otras tareas y actividades que cada pareja enfrenta en su momento.
Ningún manual de sexualidad nos será de utilidad para conocer la importancia que le debemos dar a nuestra vida sexual, cada pareja deberá vivir su sexualidad de manera flexible en función de las características de sus integrantes, de la interacción y del contexto y no en función de creencias y reglas externas.
La interacción y el contexto dentro del cual se desenvuelve la pareja son los elementos básicos que modulan el intercambio sexual ya sea incrementándolo en ciertos momentos o dejándolo de lado en otros.
Sin embargo, cada integrante de la pareja trae su propia agenda en término de demandas sexuales la cual es fundamental para entender cada dinámica sexual. Muchas veces, especialmente por motivos de tipo moral, las expectativas sobre lo que suponemos debería ser la vida sexual en pareja no se hacen explícitas en el momento oportuno (esto es antes de consolidar la relación de pareja) y llevan a grandes confusiones y desilusiones.
Por ejemplo, las repetidas frases: “es que yo creía que cuando nos casáramos las cosas serían diferentes en la cama”; “es que yo pensé que tú eras de otra manera en la cama”, etc. y muchas otras frases parecidas, nos indican que no se habló sobre las relaciones sexuales durante el período previo al compromiso, esperando equivocadamente que la realidad se ajustase a los deseos de él/ella.