Problemas sexuales actuales de la Pareja


En la medida en que las mujeres se vuelven más conscientes de su sexualidad y son capaces de expresar sus propias necesidades, las relaciones sexuales en la pareja se vuelven un tema candente que hasta hace muy poco tiempo no se tocaba porque la satisfacción sexual era un atributo masculino. La revolución sexual de los años 60´s del S. pasado nos permitió aceptar la idea de que las relaciones sexuales no son sólo el medio para la reproducción, sino que tienen que ver con el goce y el placer sexual entre hombres y mujeres como seres integrales y que no sólo tienen que ver con la fisiología de sus órganos sexuales.

Como consecuencia, el encuentro sexual en la pareja se ha vuelto una experiencia más compleja que el “viejo mete saca”, ya que responde no sólo a la demanda de satisfacción sexual específica, sino que tiene que ver con nuestra forma de ser. Esta nueva manera de vivir la experiencia sexual, nos exige a ambas partes, aprender a ser receptivos a los deseos, preferencias y demandas de nuestra pareja si queremos mantener una buena relación. No resulta nada fácil, en una cultura aún con una pobre educación sexual como la nuestra, proceder a cambiar un modelo sexual centrado en el coito y la eyaculación que funcionaba en automático, por un modelo más complejo basado en el conocimiento y la realimentación de información íntima entre dos personas distintas que requieren un vocabulario y un lenguaje compartido para intercambiar propuestas, sugerencias y proceder a la toma consciente de decisiones para cada caso.

Nos está tocando vivir uno de esos momentos de la historia marcados por el cambio que ponen a prueba nuestra capacidad para tomar en cuenta elementos que antes parecían poco importantes y que hoy día no podemos ignorar en aras de construir una buena relación de pareja; en primer lugar es necesario reconocer que cada quien es diferente en el terreno sexual (premisa necesaria para evitar pensar que todo lo que a mí me gusta le gusta también a mi pareja, error que es muy frecuente en las parejas); en segundo lugar debemos aprender a agendar de mutuo acuerdo el encuentro sexual (y dejar de manipular el momento y su frecuencia, bajo el argumento de que hay que ser espontáneos –eso sí, cuando nos conviene-); en tercer lugar es necesario abrir la comunicación en este terreno (y dejar de lado el pensamiento infantil de “lectura de la mente”, pensando que: “ya sé lo que mi pareja quiere”).

Estos son algunos de los retos que la vida sexual en pareja nos está obligando a enfrentar, y que a pesar de lo difícil o descabellados que nos parezcan en este momento, seguramente desembocarán en un mejoramiento en la calidad de nuestra vida sexual que ha estado afectada por siglos de ignorancia y de prejuicios que hoy día tenemos la oportunidad de dejar atrás para siempre; en este terreno no es aceptable pensar que antes estábamos mejor. Si tienes dudas o dificultades para conciliar tu forma de pensar con estas nuevas exigencias, consúltame y encontraremos una manera personal de hacerlo sin sentir que si cambias pierdes.