Semanal del libro: “Sexo luego Existo”


Amigos y amigas: en este espacio ire publicando semanalmente y en orden (los temas más recientes aparecerán al principio), el contenido de cada uno de los Capítulos del libro “Sexo luego Existo”. Esperamos que está información sea de ayuda en tu vida personal y profesional.

Puebla, Pue. Septiembre del 2019-2020

 

Capítulo. I: Sexología, Sexo y Sexualidad.

 

Tema 5.- Biología sexual y género

Hablar de diferencias biológicas entre mujeres y hombres se ha vuelto últimamente un tema políticamente inconveniente, porque lo que se busca es destacar la igualdad entre los géneros y no sus diferencias. Sin embargo las y los que piensan así, han asociado equívocamente la existencia de las diferencias biológicas –en realidad poco conocidas hasta años recientes- con el sojuzgamiento femenino por parte de la sociedad patriarcal.

El género, concepto que se refiere a la construcción social diferencial que hemos hecho alrededor de la forma de ser y de comportarnos como mujeres y hombres, es un concepto muy útil que nos permite develar los supuestos ideológicos que le hemos atribuido a la masculinidad y la femineidad y a través de los cuales se cristalizan los valores y actitudes, roles y estereotipos supuestamente “propios” de cada sexo.

El estudio del género nos refleja así, la forma en que nuestra sociedad ha estructurado e impuesto una serie de características distintas a hombres y mujeres, muchas de las cuales están basadas en el sojuzgamiento, la obediencia y la desigualdad social de las mujeres hacia los hombres, características que han sido justificadas a través del sexo, muchas veces utilizando la gastada frase: “es que así somos”.

Esta explicación de tipo tradicional que utilizaba el concepto de sexo para justificar una tajante división social y psicológica entre niñas y niños, hombres y mujeres que suponía una educación y un trato diferente, tareas y actividades distintas, derechos y obligaciones también distintas, ha resultado que carece de evidencia científica al no hallar ningún soporte válido en los modernos estudios de la Sexología contemporánea y otras ciencias.

Estos estudios nos demuestran que las diferencias biológicas que existen entre hombres y mujeres, no suponen por sí mismas ninguna obligación a adoptar un comportamiento específico (masculino o femenino), ni de que se pueda o no realizar ciertas actividades (que sean reservadas sólo para hombres o sólo para mujeres) y, menos aún que supongan la discriminación de un sexo sobre el otro por motivos físicos, emocionales, cognitivos o de cualquier otro tipo.

Por el contrario, los resultados de la investigación científica nos orientan a pensar que algunas de las diferencias biológicas más evidentes entre hombres y mujeres (principalmente la concepción, el embarazo y el parto), han sido utilizadas, desde hace varios miles de años y hasta nuestros días, por la tradición social, el poder político y el poder religioso para mantener una estructura social de explotación económica del trabajo productivo y que requería que las mujeres se mantuviesen al servicio de una economía doméstica familiar, en otras palabras, al servicio del patriarca: Dios, Jefe, Padre y Marido y no de la sociedad en general.

Ahora que sabemos que las diferencias biológicas no indican ninguna desventaja o superioridad natural de un sexo sobre otro, podemos estar más tranquil@s para profundizar en el estudio y entendimiento científico de estas diferencias con el objetivo de utilizarlas de manera creativa en los procesos de socialización y escolarización temprana de niñas y niños, en la creación de pedagogías que utilicen el moderno conocimiento de los sexos para ayudarnos a aprender de mejor manera ciertas temáticas académicas que se nos hacen más o menos difíciles a cierta edad, para facilitar las relaciones interpersonales familiares y entre pares en la adolescencia y la juventud; también se podría ver facilitada la toma de decisiones entre chicos y chicas en el noviazgo sobre temas como las relaciones sexuales, la reproducción, los roles de má-y-pá, y en la actividad laboral entre muchos otros tópicos que podrían verse favorecidos si supiésemos un poco más de cómo somos.

La existencia de diferencias sexuales biológicas entre los sexos plenamente demostrada en la actualidad, no debe seguir estando asociada a la idea de que esas diferencias son las responsables de la forma en que las sociedades y sus instituciones de dominación han justificado, durante muchos miles de años, el sometimiento de las mujeres al dominio masculino, ya que esto es sólo una parte del iceberg; las sociedades dominadoras han utilizado cualquier diferencia biológica o social, como pretexto para someter a un sector de la población; sea de raza (negros), de religión (infieles), nivel de desarrollo (pueblos primitivos), nivel educativo (analfabet@s), nivel económico (pobres), edad (niñas/niños, ancianos, ancianas), género (mujeres), etc.

Tema 4.- Sexología, la Ciencia de la Sexualidad

Algunas personas piensan que una sexóloga o un sexólogo, es una persona que tiene mucha experiencia sexual, que sabe utilizar las técnicas sexuales mejor que ninguna otra y que por lo tanto, también tiene la capacidad de dar consejos, orientar a otras personas y opinar sobre temas diversos sobre sexualidad, especialmente aquellos referidos a cómo hacer sexualmente feliz a tu pareja y cómo lograr el clímax sexual entre otros. La serie de ideas y fantasías sustentadas en la ignorancia de lo que es un profesional de la sexología llega a ser realmente increíble.
Suponen que un especialista en sexualidad debería poder hacer cosas que las demás personas no pueden, tal como saber de antemano que es lo que vuelve loca a una mujer en la cama y por lo tanto tener ventaja sobre otros hombres, o conocer las debilidades sexuales de los hombres y así saber cómo seducirlos. También existe la idea de que utilizan sus conocimientos secretos para durar más en el coito y lograr múltiples orgasmos.
Sin embargo, todo esto no es más que parte de la imaginación desarrollada en una sociedad que aún en pleno siglo XXI sigue cargando con una serie de tabúes y prejuicios relacionados con la sexualidad. En realidad un o una especialista en el estudio de la sexualidad puede desarrollar tareas relacionadas con la educación psicosexual, la atención clínica a problemas derivados del desarrollo psicosexual y el ejercicio de la sexualidad y la investigación en temáticas diversas de la sexualidad entre otras, sin que esas actividades determinen las características de su vida personal.
Por lo tanto, Sexología es la palabra que se utiliza convencionalmente para referirse al estudio científico de la sexualidad y el/la profesional que lleva a cabo esta tarea será denominado sexólogo y sexóloga, según sea un hombre o una mujer. Al igual que cualquier otra especialidad de nivel de posgrado, se requiere poseer una licenciatura en psicología, medicina u otra disciplina en el área de la salud, las humanidades o las ciencias sociales para cursar sus estudios y finalmente, obtener el título que es la acreditación formal correspondiente. En la actualidad son pocas las instituciones que ofrecen un título Universitario en este campo.
Existen en Puebla, una serie de cursos, seminarios y otro tipo de estudios sobre una gran cantidad de temáticas de la sexualidad que pueden ser cursados por estudiantes a nivel licenciatura e incluso por personas sin estudios superiores, pero que no conducen a la obtención de un grado académico; por lo tanto, todas estas personas no pueden llamarse sexólogos/as ya que su formación hasta este momento, no les ha permitido cubrir los requisitos que una institución de nivel universitario exige.

Tema 3: La estructura sexual masculina y femenina

En los libros de texto, lo sexual está reducido a una breve descripción de los órganos “genitales” que siguiendo a la tradición médica/biológica denominamos “aparato genital” masculino y femenino, constituido fundamentalmente por el pene y los testículos en el hombre y vulva, vagina, útero y ovarios en la mujer, a quienes se les atribuyen funciones básicas para la reproducción de la especie.
Sin embargo, las estructuras sexuales masculinas y femeninas poseen otras características que nos indican que la función sexual en los seres humanos no está reducida sólo a la reproducción como en el resto de los animales. Quiero proponerte que pensemos un poco en los caracteres sexuales secundarios, la morfología corporal y los tejidos y órganos especializados en sensibilidad erótica y señalización sexual que han evolucionado para favorecer las relaciones de pareja a mediano y largo plazo como a continuación se muestra.

Caracteres sexuales secundarios:
Estas características aparecen en la pubertad y diferencian a hombres y mujeres una vez que han alcanzado la madurez sexual y constituyen parte de su atractivo físico.
Mujer: Crecimiento general del cuerpo, pechos, vello púbico, axilar y corporal, voz aguda.
Hombre: Crecimiento general del cuerpo, bigote y barba, voz grave, vello púbico, axilar y corporal en general.

Morfología corporal:
El cuerpo de las mujeres y los hombres se diferencian entre sí en muchas de sus características; estas diferencias han sido adquiridas por cada quien a lo largo de la evolución de la especie en función de sus actividades predominantes. Estas características son importantes fuentes de atracción sexual.
Hombre: Espalda ancha, cara más ancha, cuerpo más musculoso (28 kilos de músculo y 12.5% de grasa), grasa que se acumula en el abdomen.
Mujer: Caderas anchas, cabello fino y abundante, piel, cuerpo más curvilíneo (15 kilos de músculo y 25% de grasa), grasa que se acumula en el abdomen y las caderas.

Sensibilidad erótica predominante:
Hombres y mujeres poseemos tejidos y partes del cuerpo muy sensibles y cuya estimulación produce nos placer. Además de órganos de los sentidos especializados en uno y otro sexo.
Mujer: Labios vulvares, clítoris, pechos.
Hombre: Glande, escroto.
Ambos: Labios, lóbulos de las orejas, piel, abdomen, ombligo, dedos de los pies.

Señalización sexual:
Algunas partes del cuerpo y sus funciones son un sistema de señales sexuales no verbales poco consciente para sus portadores/as.
Ambos: Expresividad de los ojos y las miradas, gestos, movimientos corporales, utilización de la voz, olor corporal.
Hombre: Cuello, espalda, tronco, nalgas, piernas
Mujer: Cabello, cuello, hombros, pechos, caderas, nalgas, piernas.

Este conjunto de características físicas y funcionales forman parte de la herencia básica de mujeres y hombres que en el terreno sexual cumple con varios propósitos:
I.- Atraer a la pareja potencial (a alguien le debe gustar lo que tienes),
II.- Establecer y mantener una relación de pareja (que depende del amor en dos versiones: a) el amor romántico y b) el amor sexual)
III.- Reproducirse (que poco a poco está pasando a ser una decisión consciente)
IV.- Criar a hijas/os (familia que se constituye sobre tres ejes: a) responsabilidad, b) afecto y c) relaciones sexuales).

 

Tema 2: Sexo y Sexualidad

En el mundo contemporáneo, la palabra sexo puede significar cualquier cosa, el sexo se asocia con todo, desde lo más biológico como la reproducción hasta lo más exótico y fantasioso del cibersexo. Todas las personas queremos saber alguna cosa acerca del sexo y es muy común que alguien se declare experto/a en el tema y nos explique que es lógico que el sexo cause curiosidad a la mayoría de la gente porque la sociedad desde tiempos inmemoriales lo ha considerado un tabú y, todo lo prohibido tenemos la manía de volverlo atractivo. Esta ha sido una respuesta elegante que se ha utilizado repetitivamente para explicar y muchas veces, descalificar, nuestra curiosidad. Los secretos del sexo son mucho más complicados e interesantes que sólo la historia de la mojigatería humana.
Podemos decir que el chip sexual que viene integrado al organismo humano desde la mismísima fecundación del óvulo por el espermatozoide, es un chip que no se puede manipular a voluntad ya que es autónomo y está conectado funcionalmente con todas las manifestaciones físicas y mentales de cualquier ser humano.
La sexología moderna nos sugiere utilizar la palabra sexo sólo para referirnos a la biología sexual que entre otras cosas incluiría la herencia de la especie contenida en los genes y cromosomas sexuales, las hormonas sexuales fetales y puberales, los órganos sexuales internos y externos y sus funciones, incluyendo el cerebro sexuado y la identidad sexual, que constituirían los siete sexos de nuestra especie. Sobre los siete sexos se fundamenta el concepto de sexualidad que tiene que ver con la construcción social del género, integrado por el género de asignación, el género legal, el género de crianza y la identidad sexogenérica. La identidad es la adquisición más reciente de la evolución humana y la más complicada de entender; a través de ella sabemos quiénes somos, qué queremos, que buscamos, como nos sentimos con nuestro cuerpo, etc., etc.
Por lo tanto, el chip sexual nos pertenece, sólo hay que aprender a utilizarlo; este chip está integrado dentro de la estructura de nuestra personalidad y, lo queramos o no, nos acompañará durante toda la vida.

 

Tema 1: Instituto Estatal de Educación y Salud Sexual en Puebla

El Instituto Estatal de Educación y Salud Sexual -Instituto de aquí en adelante-, es el espacio específico que Puebla requiere con urgencia para responder dignamente a la sentida demanda de educación sexual, atención a la salud sexual y capacitación institucional en materia de sexualidad sobre los que ya existe un amplio consenso en la población. Es más, ha sido la carencia de una estrategia de atención integral que derive en una orientación específica en esta área lo que ha orillado a que niñas y niños, jóvenes adolescentes, mujeres, hombres y parejas recién constituidas, se conviertan en víctimas involuntarias de la violencia sexual y de género, prejuicios, manipulación y toma de decisiones equivocadas afectando irreversiblemente sus vidas.

El Instituto permitiría contar con una instancia profesionalmente calificada en el estudio y la investigación de la sexualidad para abordar e incidir positivamente sobre las principales problemáticas derivadas del desarrollo psicosexual y el ejercicio adulto de la sexualidad y así favorecer desde un inicio, la construcción de relaciones interpersonales, de pareja y familiares sanas y de mejor calidad.

Uno de los propósitos del Instituto sería abatir desde su origen la serie de problemáticas relacionadas con el ejercicio adulto de la sexualidad y el logro de una salud sexual integral en cada estado; para esto es necesario profesionalizar la educación sexual y formar y capacitar a los docentes y profesionales interesados en el manejo de estos temas. Hasta la fecha no existe un requerimiento académico institucional en este sentido y se carece del perfil curricular profesional requerido por lo que cualquier persona, sólo por haber tomado un curso de conocimientos básicos de Sexualidad, se convierte en un educador y orientador de la sexualidad que deja mucho que desear.

El necesario señalar que la sociedad contemporánea ha ido acumulando una serie de problemáticas relacionadas con violencia de género y sexual, trata de personas, sexoservicio, diversidad sexogenérica y una serie de comportamientos psicosexuales de riesgo que derivan en embarazos no deseados, abortos, contagio de infecciones de transmisión sexual incluido el VIH/SIDA, divorcios, etc. algunas de los cuales ya se han convertido en problemas de salud pública y que en el mejor de los casos, reciben una atención institucional marginal que no es la adecuada.

La atención que las instituciones han prestado al tema de la sexualidad se ha centrado desde los años 70´s del S. pasado en el aspecto médico y reproductivo y se ha dirigido a tratar de paliar las consecuencias del complejo y heterogéneo comportamiento sexual desde la perspectiva curativa del modelo médico. Después de tantos años se requiere complementar este modelo con una estrategia de prevención basada en un enfoque bio-psico-social integral, que desarrolle programas educativos de sensibilización, prevención, autocuidado, auto responsabilidad, nuevas actitudes y valores, que eviten a la población seguir repitiendo los mismos errores y equivocaciones en esta área.

La Misión del Instituto en este sentido es la de crear programas, -en estrecha colaboración con otras instituciones-, para que la información, la orientación y la consejería en materia de sexualidad llegue al conjunto de la sociedad; estas acciones realizadas de forma constante y sistemática tenderán a favorecer el surgimiento de una nueva cultura que dejará de lado las creencias, mitos y prejuicios, y contribuirá a reconocer a la sexualidad como parte inalienable de la personalidad de cada ser humano. Este proceso llevara más temprano que tarde, a la reducción de la serie de problemáticas asociadas al ejercicio de la sexualidad en el estado de Puebla.

Las manifestaciones de la sexualidad no se reducen –como se creía hasta hace algunos años- a lo que sucede en la vida íntima y privada de las personas; sus efectos se dejan ver públicamente en las estadísticas de divorcios, abortos, infecciones de transmisión sexual y VIH/SIDA, abuso sexual infantil, hostigamiento sexual, violación y violencia sexual, homofobia y discriminación entre otros indicadores sociales que están obligando a las instituciones gubernamentales a reconsiderar la forma en que hasta la fecha se le ha prestado atención a este tema y a considerar seriamente la creación del Instituto Poblano de Educación y Salud Sexual que por ser el primero, se convertiría en piloto a nivel nacional.