Problemáticas Psicosexuales


La incapacidad de excitarse sexualmente o alcanzar la satisfacción sexual en las situaciones apropiadas debido a razones mentales o emocionales (también conocidas como psicológicas). Aparentemente, no existen problemas físicos, enfermedades específicas ni efectos secundarios de medicamentos que provoquen el problema.

Aunque la disfunción psicosexual no es de amenaza para la vida, puede tener un efecto importante en sus relaciones y autoestima. Esta condición es tratable; contacte a su médico si cree que puede tener disfunción psicosexual.


¿Sigues creyendo que la psicoterapia es un proceso largo y tedioso? ¿Crees que la psicoterapia solo te haría perder el tiempo y tu dinero? Esto no tiene que ser así, prueba este tratamiento y te sorprenderás de los resultados.

A continuación te presento un listado de pensamientos, comportamientos y estados emocionales que sabemos que no contribuyen a nuestra relación de pareja pero que no los tratamos porque pensamos que son triviales o que pasarán en algún momento. Te aseguro que ni son triviales ni pasarán por sí solos; si quieres conservar y mejorar tu relación, es necesaria la ayuda profesional para resolverlos. Con dos sesiones individuales para cada quien sentirán que debieron venir a este tratamiento mucho tiempo antes. Pruébalo

a) te sientes presionada/o por tu pareja en relación a la actividad sexual
b) te sientes disgustado/a con tu pareja por una situación particular
c) te sientes enojada/o con tu pareja
d) la mayoría de veces te sientes incómoda/o cuando tu pareja se acerca a ti sexualmente
e) a veces, sientes rechazo hacia la intimidad con tu pareja
f) evitas el acercamiento íntimo con tu pareja
g) te molesta el solo hecho de mencionar algún tema sexual
h) muchas veces prefieres el autoerotismo en vez de la actividad sexual de pareja
i) generalmente piensas que la actividad sexual en la pareja está sobrevalorada
j) nunca tomas la iniciativa cuando de actividad sexual se trata
k) toleras las relaciones sexuales pero no las disfrutas
l) tienes fuertes sentimientos de frustración, coraje e ira hacia ti mismo/a y hacia tu pareja
m) tienes sentimientos de culpa constantemente
n) te sientes emocionalmente insegura/o con tu pareja
o) casi nunca sientes deseo sexual por tu pareja
p) prefieres emplear el tiempo en mil y unas actividades en vez de acercarte íntimamente a tu pareja
q) sueles perder la motivación sexual muy rápidamente durante la actividad sexual
r) durante la actividad sexual tu mente no te deja estar en lo que estás
s) le tienes temor a tu pareja y eso te cohibe sexualmente

Como sabemos, el ser humano es capaz de generar una gran estimulación sexual a través de su mente: fantasías y pensamientos sexuales, imágenes, recuerdos, narraciones, etc. Sucede que en algunos casos, los atributos de la pareja no son la fuente principal de estimulación sexual y pasan a segundo lugar.

Al desplazar los atributos de la pareja como la fuente principal del deseo y la excitación sexual, ésta se convierte en una pantalla (pareja pantalla), en donde proyectamos nuestro mundo interior imaginario que es, -en esos momentos-, más real que la realidad.

Para quienes viven sus experiencias de esta manera, la pareja funciona como un maniquí, es intercambiable, es una silueta vacía que sólo cumple la función de materializar nuestros pensamientos.

Es muy difícil que estos casos lleguen a la consulta mientras ambas personas se sientan satisfechas.

En realidad todo parece que está bien en la relación; por un lado, la gran mayoría de personas nos damos por satisfechas con la disposición sexual de nuestra pareja, disposición sexual que significa que todo va bien, y no indagamos más allá.

Por el otro lado, quien utiliza su fantasía para substituir los atributos de su pareja, mientras no pierda la capacidad para hacerlo, todo irá bien.

No puedo dejar de pensar mientras escribo que probablemente estemos ante una parafilia no identificada que como muchas otras parafilias, parece no tener consecuencias adversas para la persona y la pareja.


El machismo es el resultado de una larga herencia cultural producto del lugar social y económicamente secundario que la mujer, ocupó durante milenios en la sociedad que dio origen a la creencia de que lo femenino es inferior a lo masculino.

Así, aunque las manifestaciones comportamentales a que esta creencia son múltiples, todas derivan del condicionamiento psíquico temprano que nos induce a valorar de forma desigual lo masculino y lo femenino en detrimento de lo femenino, o lo que es lo mismo, a sobrevalorar lo masculino sobre lo femenino.

La sociedad, a través de sus instituciones familiares, escolares y demás, sigue reproduciendo (probablemente de forma involuntaria y cada vez con menos énfasis) esa creencia que mantiene vivo al machismo y que cada quien (hombre o mujer), en su momento expresarán en función de su propia forma de ser.

Cuando el intercambio sexual en la pareja es de tipo machista y está fracturando una relación que se quiere mantener, el tratamiento psicoterapéutico debe ir orientado a identificar y desactivar el núcleo cognitivo/emocional de la creencia de la cual ya hablé, y que dará paso a la flexibilización de los comportamientos específicos que antes se imponían a la pareja.

Hombres/mujeres (indistintamente según el sexo):

Exigen disponibilidad sexual de la pareja en función de sus deseos

Creen que lo que es excitante sexualmente para ella/él también lo es para su pareja

No son receptivos a las necesidades y deseos de su pareja

Deciden el lugar y el momento del intercambio sexual

Presiona a su pareja para que hagan lo que él/ella le piden

Exigen fidelidad a la pareja aunque no lo aplican en sí mismas

Sea lo que sea, no aceptan que su pareja interrumpa la secuencia de la relación

Creen que la pareja está a su servicio y no reconocen su disposición y sus atenciones

Les gusta ser el centro de las atenciones

Predominantemente hombres:
Es refractario a cualquier mención sobre su desempeño sexual.
Acaricia el cuerpo de su pareja en función de su propio parecer
Sobrevalora el coito como la parte más importante de la relación

Predominantemente mujeres:
Exige la disposición necesaria para hacerla llegar al orgasmo
Por sus atributos físicos cree merecer una buena respuesta eréctil


Algunas parejas enfrentan dificultades en el área sexual desde su inicio ya que las acciones y comportamientos de una parte (hombre o la mujer), no son experimentados de manera placentera por la otra (mujer u hombre) y viceversa.

En estos casos, la mayoría de cosas que hacemos, no ayudan a la pareja en el intento de mantener o incrementar su deseo y excitación sexual, porque no son de su agrado, porque no compaginan con su forma de ser, porque chocan con sus expectativas, etc.

Suele suceder que, a través de ensayos y errores, comunicación íntima, información adecuada y especialmente mucha disposición subjetiva de ambas partes (disposición que se ve favorecida por el gusto, el afecto y el deseo por la pareja), se logra una primera interconexión que lleva a ambos a gozar de la experiencia sexual y es muy seguro que, si se mantiene una sana atención hacia las necesidades y gustos de la pareja, las cosas irán bien.

Pero en otros casos, no se logra encontrar ese camino porque interfieren una serie de obstáculos que la pareja por sí misma no puede superar.

Algunos de esos obstáculos tienen que ver con:

a) Falta de experiencia en el terreno sexual

b) Preferencias sexuales no compartidas

c) Inseguridad personal

d) Alguna disfunción sexual: por ej. poca motivación sexual, dificultades para excitarse, etc.

e) Sentimientos repetitivos de vergüenza, miedo o culpa

f) Valores y actitudes personales: por ej. rechazo a la desnudez, etc.

g) Psicopatologías: por ej. fobia hacia la intimidad, evitación del contacto físico, etc.

Estos obstáculos que se vuelven insalvables provocan una situación de frustración constante que genera entre sus miembros un nivel de ansiedad y stress cotidiano muy superior al esperado en una pareja recién formada, que pueden derivar en comportamientos agresivos y violentos, con la consiguiente afectación de toda la vida en común de la pareja.

El matrimonio no consumado se encuentra dentro de esta categoría.

Entre las opciones que estas parejas tienen podemos mencionar:

1.- Separarse por motivos de incompatibilidad sexual

2.- Mantener una relación afectiva reduciendo al mínimo el intercambio sexual

3.- Buscar ayuda psicoterapéutica que les permita encontrar una solución al problema.

¡Consúltame!